Sobre todo con la llegada de los meses de calor son muchas las personas que se ponen a buscar dietas para adelgazar de forma saludable. Aunque es cierto que por nuestra misma salud lo idea es optar por una dieta equilibrada y ejercicio durante todo el año, tampoco podemos negar que es justo cuando llega el verano cuando estos pensamientos parecen florecer con más fuerza que nunca y la dieta disociada es una de ellas.
Y claro cuanto más se acercan las fechas en las que habrá que ir a la playa o a la piscina más aumentan las ganas de encontrar una solución que nos ayude a recuperar nuestro peso ideal y dejar atrás todos los kilos extra que hemos podido ir acumulando en los meses más fríos.
Aunque en Internet nos podemos encontrar con una gran variedad de dietas a probar que van desde las dietas milagro, pasando por la dieta de la piña hasta llegar a la dieta paleo hoy es el momento de hablar de una de las más buscadas, la dieta disociada. Pero, para empezar, ¿en qué consiste la misma y por qué se ha hecho tan popular?
Bases de la dieta disociada
Hay que partir de la idea de que no existe una única dieta disociada que se pueda seguir. Es más, hay muchas variantes entre las que poder elegir. El principio que tienen en común todas ellas, como su mismo nombre indica es que pretenden no mezclar nutrientes.
La idea es que nuestro cuerpo no está preparado a la hora de tener que digerir, al mismo tiempo, hidratos y proteínas. Así pues, si se quiere seguir una dieta disociada lo que habría que hacer es comer alimentos ricos en hidratos de carbono y alimentos ricos en proteinas pero por separado.
De esta forma, habría que ingerir distinguiendo por grupo de alimentos. Por un lado carnes, pescados, frutos secos, legumbres, huecos, queso, leche o yogur y, por el otro, patatas, maíz, pan, pasta o arroz. Como vemos, la dieta disociada limita mucho menos que otras en relación al tipo de alimentos que se pueden comer, en los que es estricta es en que no se coma mezclando nutrientes.
Otras reglas a tener en cuenta
- Qué comer. En principio no habría que mezclar las proteínas con el almidón, la fruta es mejor comerla sola y con el estómago vacío y siempre hay que separar estas de los dulces. En cuanto a cantidades no hay límites.
- Las bebidas. Se restringen mucho. Tanto que solo se debería beber agua y dejar al margen, por supuesto, el alcohol pero también los refrescos o el mismo café.
- Cómo cocinar. Según el grupo al que pertenezcan los alimentos deberán dividirse para seguir esta dieta disociada de la que hablamos, pero además se debería cocinar de una manera concreta. Por ejemplo, las carnes, a la plancha o al vapor para evitar el uso excesivo de la grasa. Esto mismo también se podría aplicar al pescado.
- Productos lácteos. No están fuera de la dieta disociada, pero se deben comer a media mañana o a media tarde. Es decir, como almuerzo o merienda y optar por aquellos que sean light, siempre con la mente puesta en ingerir el menor número de grasas posibles. Lo ideal es que se opte por los naturales y ya está, pero si uno quiere, se pueden mezclar con frutos secos.
¿Nos podemos fiar de la dieta disociada?
Vamos a intentar hablar de la dieta disociada de la forma más objetiva posible. La realidad es que de la misma se ha hablado en un estudio de la Universidad de Valencia, pero sus defensores y detractores no dejan de crecer.
En un estudio publicado en este caso por la International Journal of Obesity determinó que la dieta disociada no supone diferencias notables si se compara con otro tipo de dietas. De manera muy breve lo que venía a decir este estudio es que con la dieta disociada no se tenían ventajas a la hora de perder grasa corporal y peso. No encontraron la ventaja de disociar alimentos. Ni se adelagaza por esto, ni engorda.
Además, habría que señalar que conseguir una dieta disociada al 100% no siempre es posible porque algunos alimentos contienen más de un tipo de nutriente y no solo esto. Si nos paramos a pensar en cómo funciona el sistema digestivo podremos ver que, por un lado, los monosacáridos se ocupan de absorber los hidratos de carbono y los aminoácidos, de las proteínas y los ácidos grasos. Y este proceso ocurre al mismo tiempo.
Lo que sí que podemos hacer es ayudarnos de un quemagrasa natural, como es Fat Burner que, compaginándolo con una dieta equilibra y ejercicio, puede dar muy buenos resultados gracias a sus ingredientes naturales. Por ejemplo, en su composición, encontramos extracto de té verde que gracias a su capacidad termogénica ayuda a aumentar la temperatura corporal, acelera el metabolismo celular y esto lleva a eliminar grasas.
Ejemplo de un menú de dieta disociada
Igualmente puede que haya personas que lo quieran poner a prueba que quieran ver, en primera persona si con un consumo de alimentos distinto en el que se separen los alimentos proteicos de aquellas fuentes ricas en hidratos hay alguna diferencia. Así pues, he aquí una idea de lo que podría ser un menú con la base de una dieta disociada.
Idea de menú
Para el desayuno bien podríamos empezar con muesli, avena, un yogur, una manzana y una taza de té.
Para la comida bastaría con una ensalada verde o con una pasta con verdura.
En la merienda bien se puede comer algo de fruta u otro yogur.
Y para cerrar el día, una cena con una base de filete de pollo y espinacas.